El producto de una auditoría de cuentas es un informe estructurado y “estandarizado” por la normativa técnica sobre auditoría emitida por el ICAC, en el que el auditor expresa su opinión sobre las cuentas anuales de la empresa en un determinado ejercicio.
En la práctica, nos encontramos con que, más allá de la propia redacción de los párrafos de salvedades o de énfasis, apenas hay diferencias entre los informes emitidos por una firma de auditoría grande, de las denominadas “Big Four” o una firma mediana, y entre los emitidos por una pequeña firma de auditoría o un auditor individual.
Entonces surge la pregunta: ¿cuál es la diferencia entre contratar el servicio de auditoría con una firma grande o mediana, o con una firma pequeña o un auditor individual?
Antes de tomar una decisión sobre la contratación de los servicios de una firma de auditoría, el empresario debería conocer las fortalezas y las debilidades de las firmas que operan en el sector para valorar qué es lo más adecuado para su empresa en el momento en que se plantea auditarla por primera vez, o efectuar un cambio de auditores.
En este artículo nos vamos a centrar en las fortalezas y debilidades que tienen las grandes y las medianas firmas de auditoría, y que afectan directamente a la empresa que desea contratar sus servicios.
En términos generales, y en cuanto a sus fortalezas, las grandes y medianas firmas tienen una marca. Venden sus servicios por su propia reputación, sin dependencia de los socios que en cada momento dirigen la organización. Esta falta de dependencia de los socios, conlleva implícita otra fortaleza: la continuidad. Existe una mayor facilidad para la sucesión, pues siempre habrá un segundo escalón de profesionales que accederán a la condición de socios.
Una firma grande o mediana, con un tamaño significativo, siempre puede permitirse tener socios que se ocupen de tareas de gestión empresarial en la firma, tales como la representación de la firma, la realización de acciones comerciales, la gestión de los recursos humanos, etc., lo que aporta un valor diferencial respecto a su competencia. Es habitual que estos socios formen parte también de grupos de estudio de organismos contables nacionales e internacionales, o que refuercen la imagen de la firma con su presencia en conferencias, seminarios, jornadas, y en el claustro de profesores de cursos de postgrado en materia de contabilidad y auditoría de diferentes universidades.
Su capacidad de acceso a medios técnicos y materiales es superior que las de las pequeñas firmas y los pequeños auditores individuales, pues suelen disponer de una red de oficinas nacional e internacional, así como de mayor tecnología y de acceso a la gestión del conocimiento.
Estas firmas, ofrecen a sus empleados unas perspectivas profesionales basadas en el desarrollo profesional y la formación, lo que les permitirá ascender con el tiempo en la firma. La estructura piramidal y la sistematización de las tareas les permite que puedan tener una gran rentabilidad y eficiencia en su trabajo.
Sin embargo, el potencial cliente debe saber que las grandes y medianas firmas también tienen debilidades.
El cliente percibe que, en sus relaciones con la firma, sus interlocutores suelen cambiar con el tiempo, lo que da lugar a una “despersonalización” de la relación profesional, que en ocasiones es excesiva. Esto conlleva a una falta de complicidad y de cercanía con los clientes, y este hecho suele desagradar en sobremanera, especialmente a los propietarios de PYMES y de grandes empresas que pese a su dimensión continúan siendo familiares.
Además, en toda organización que tiene un tamaño grande los procedimientos internos cobran una especial relevancia, lo que conlleva una cierta “burocratización” de la relación con el cliente. Esto se traduce en una cierta lentitud en la toma de decisiones, lo que repercute en una falta de agilidad y de flexibilidad para satisfacer las demandas y, en ocasiones, las expectativas de los clientes.
Por otra parte, para mantener el nivel técnico, de reputación y de calidad de la firma, es necesario que continuamente se realicen inversiones en marketing, en nuevas tecnologías, en medios materiales, en infraestructuras, etc. Es por ello, y por el prestigio de la marca, por lo que los honorarios profesionales que suelen cotizar las grandes y medianas firmas de auditoría para un trabajo de auditoría concreto suelen ser más elevados que los cotizados por pequeñas firmas y por auditores individuales.
Por último, el crecimiento suele conllevar faltas de control en la calidad del servicio prestado. De este hecho pueden dar fe los clientes que se quejan de la presencia de becarios con poca experiencia en los equipos de trabajo que gestionan su cuenta, y que perciben que la diferencia de calidad en el servicio respecto a las pequeñas firmas de auditoría no guarda relación con la diferencia existente en los honorarios profesionales.
