Antes de tomar una decisión sobre la contratación de los servicios de una firma de auditoría, el empresario debe conocer las fortalezas y las debilidades de las firmas que operan en el sector para valorar qué es lo más adecuado para su empresa en el momento en que se plantea auditarla por primera vez, o efectuar un cambio de auditores.
Tal y como vimos en nuestro artículo sobre fortalezas y debilidades de las pequeñas y grandes firmas de auditoría, el producto de una auditoría es un informe “estandarizado” por la normativa técnica vigente, por lo que en base al “producto” del servicio prestado resulta complicado distinguir las diferencias entre las diversas firmas de auditoría que operan en el mercado.
En este artículo nos vamos a centrar en las fortalezas que tienen las pequeñas firmas de auditoría, y que afectan directamente a la empresa que desea contratar sus servicios.
En primer lugar, habría que destacar la proximidad al cliente. Un despacho pequeño de auditoría se encuentra muy próximo a los problemas de los clientes. Esta proximidad está basada en la confianza que deposita el cliente en las personas que le atienden, y esta confianza se fundamenta a su vez en dos razones:
En segundo lugar, hay que destacar que este tipo de firmas tienen unos menores costes de estructura que las medianas y grandes firmas de auditoría, lo que puede traducirse en la cotización de unos honorarios más competitivos.
Por último, la dimensión de estos despachos, en los que suele existir un solo socio o un número reducido de ellos, conlleva que puedan existir menos conflictos internos en la firma. Además, esta reducida dimensión que conlleva que el proceso de toma de decisiones en la firma sea más directo y rápido, permite que exista una mayor facilidad de llegar a acuerdos estratégicos, ya sean de carácter puntual o permanente, con otros despachos o profesionales de similar dimensión y que ejercen actividades complementarias, lo que les permite mejorar el servicio prestado a sus clientes sin perder su independencia, y poder crecer y ganar tamaño, evolucionando hacia una gestión más profesional y menos personal.